Educación Felina

Como los gatos son animales de rutina, es importante que todos los miembros de la familia se pongan de acuerdo y traten de la misma forma al gato, pues si alguien le deja dormir en el sillón y otra persona lo quita, el gato estará muy confundido y no aprenderá cuál es la conducta correcta. Así que al educar a tu gatito no olvides platicarlo con tu familia.

En realidad hay pocas cosas que enseñarle a un gato. La mayoría de los hábitos los aprenden cuando son cachorros,  imitando a su mamá. Sin embargo existen algunos consejos que te ayudarán a decirle a tu gato cómo comportarse en casa.

La educación básica para que aprenda sus rutinas se inicia cuando se le asigna un lugar para descansar, cerca del cual estará su plato de comida y otro que siempre contendrá agua limpia, para que beba cuando él lo desee.

Habrá que elegir un rincón donde, después de cada alimento, se le muestre su arenero listo, hasta que lo reconozca y lo utilice habitualmente. Si se le regaña o molesta mientras está sobre el arenero, pudiera ser que lo rechace, al igual que si se le cambia de lugar).

Es esencial que no lo castigues ni golpees cuando haga algo que no deseas, pues sólo te responderá con más desobediencia. Es importante que al educarlo te muestres relajado y con asertividad. Ellos pueden distinguir muy bien nuestro estado de ánimo y si tu gato te ve enojado se enojará, si te ve blando te tomará el pelo.

Su educación se trata de dos cosas básicamente: aprender lo que puede hacer y lo que no; y aprende a usar el arenero. La forma en la que lo trates le indicará lo que está bien.

La forma más efectiva para enseñarle las conductas apropiadas es empleando el mismo lenguaje corporal de los gatos. Si los has observado, recordarás que ellos se comunican por medio del tacto, se untan, se besan en la nariz o se muerden (pero no es necesario que lo muerdas por ahora… es broma). Cuando tu gato insista en ir hacia un lugar indebido, interponte en su camino colocándote enfrente para cubrirle el paso, y simplemente lo le dejes pasar; lo mismo aplica para que no se suba a los muebles, tú colócate entre él y el mueble y no lo dejes tocarlo. Con el tiempo bastará con que le digas desde lejos NO ó Shh, para disuadirlo sin tener que ir hasta el lugar “prohibido”. Cada vez que haga las cosas correctamente, acarícialo y hablarle con cariño. Y para indicarle cuando una conducta está mal basta con decirle con voz firme NO, y repetirlo cuantas veces sea necesario. Tu actitud debe mostrarle que tú eres el jefe de la manada y en ningún momento debes lastimarlo. Algunos gatos pueden ser muy sensibles, por lo que si te excedes al reprenderlo, podría ser que ya no quiera obedecerte más. 


Por otra parte, si deseas adquirir más de un gato, lo ideal sería adoptar a gatitos de la misma camada porque ya tienen un fuerte lazo afectivo, pero si primero se adopta a uno y después de tiempo a otro, éstos podrán llevarse bien si les ayudamos en su encuentro. A veces tenemos la suerte de encontrar a dos gatos sociables que al verse parece que se conocieran de toda la vida, pero es un caso raro. Lo que suele ocurrir es que cuando llega un nuevo felino a un hogar donde ya hay otro, no se lleven bien; pero tú puedes ayudar a que aprendan a convivir si al presentarlos evitas los siseos diciendo NO con voz firme y llamando su atención para que se olviden de la conducta agresiva. También debes dar el mismo trato a ambos gatos, pues ellos pueden distinguir cuando prefieres a uno más que a otro y reaccionarán en consecuencia. Haz que convivan poco a poco hasta que se vuelvan amigos o al menos no se enojen al estar juntos (pues tampoco podemos elegir a los amigos de nuestro gato). La mayoría de las veces los gatos que viven en la misma casa durante un tiempo aprender a convivir en armonía.


Y para enseñarle a usar el arenero, en caso de que él no lo entienda por cuenta propia, un buen consejo es que cuando tu gato deje sus heces en otra parte, lleves a tu gato frente a éstas y le digas con voz firme que eso está mal, luego recoge los desechos y colócalos en el arenero, mostrándole a tu gato que eso es lo correcto. Es importante que tomes sus patas y lo hagas tocar la textura de la arena, y que le muestres cómo cubrir los desechos. Haz lo mismo cada vez que haga del baño en otro sitio, y si lo descubres en el acto, llévalo cuidadosamente al arenero. No le grites ni lo asustes cuando esté en el arenero o jamás querrá saber de ese lugar.  
Para retirar los desechos diariamente puedes usar una pala especial que suele venir junto a éste, y rellenarlo con arena limpia. Cámbiala toda al menos una vez a la semana. No te tomará más que unos minutos. Es importante que laves el arenero habitualmente con un producto desinfectante.
La arena para gato la encuentras en cualquier supermercado y existen unas muy económicas, así como otras con control de olores. Una vez más, la decisión es tuya.



¿QUÉ TIPO DE GATO ES EL ADECUADO PARA TI?

·         Juguetón. Estos gatos son ideales para personas jóvenes y con tiempo libre. Los gatos juguetones no querrán irse de tu lado siempre que tengas la energía para jugar con él diariamente. Tienden a deprimirse si su amo se ausenta por mucho tiempo.

·         Casero. Si te gusta la compañía, un gatito casero será tu mejor amigo y estará junto a ti acompañándote en silencio, dispuesto a dedicarte un ronroneo si lo acaricias.
                                                           
·         Aventurero. Si quieres tener un gato, pero no tienes mucho tiempo para dedicarle, un aventurero estará a gusto contigo. Basta con que le ofrezcas juguetes o escondites y se entretendrá; aún así, es bueno que le demuestres afecto o le otorgues compañía felina, pues si no, su mismo espíritu puede llevarlo a buscar otro hogar. 

·         Sedentario. Este puede ser el gato adecuado para ti si trabajas mucho tiempo o ya no eres tan joven como para seguirle el paso a un juguetón. Estos gatitos suelen dormir muchas horas del día y prefieren ver que el mundo pase frente a sus ojos.

·         Cachorro. Es una excelente opción si deseas vivir el proceso de crecimiento y experiencias de un pequeño. Te da la oportunidad de ser una buena mami, o papi, y te hará reír mucho en su proceso de aprendizaje. También es más fácil que aprenda cómo comportarse si se lo enseñas desde pequeño (pero atención, este aspecto no es impedimento para adoptar un gato adulto, pues todos los gatos siguen aprendiendo en su vida). 

·         Adulto. Los gatos te darán momentos inolvidables sin importar su edad y si no tienes ánimo de cambiar pañales, un gato adulto llegará a ti con un carácter más centrado, educado y menos destructor. Con él tendrás una compañía madura.

·         Adulto mayor. Son mucho más tranquilos con la edad y saben dar afecto. Son tranquilos y poco activos. Si adoptas a un gato mayor le darás un grato y amoroso regalo, y él te mostrará su afecto incondicional.